Un
terremoto va a ser medido por unas escalas: la “escala de Richter” mide
su magnitud, mientras que la “escala Mercalli” considera la cantidad de
daños causados a las infraestructuras.
En Italia las normas (5 de noviembre 1971 y 2 de febrero 1974) fueron demasiado superficiales.
En Italia las normas (5 de noviembre 1971 y 2 de febrero 1974) fueron demasiado superficiales.
El
D.M. LL.PP. (19 de marzo 1982) dio una primera, genérica clasificación
sobre las zonas sísmicas del territorio nacional: simplemente había
áreas con un riesgo sísmico mayor o menor.
Casi veinte años después, la ordenanza P.C.M. n. 3274 del 20 de marzo 2003 (actualizada al 16 de genero 2006) impone a los entes locales que clasifiquen sus proprios ayuntamientos de manera precisa. Según otra disposición
legislativa del 2003, los ayuntamientos italianos han sido dividido en 4
calidades de riesgo sísmico (cada una calculada por el PGA o Peak Ground Acceleration). De cualquier modo esta classificación se actualiza continuamente.
Hoy vigen las nuevas normas NTC 2008 (Normas Técnicas para las Construcciónes)
que definen mejor la sismicidad de las zonas; el territorio italiano
está actualmente dividido en 174 distritos sísmicos. Además, tan durante
la construcción de infraestructuras como su reestructuración, los
ayuntamientos deben adecuarse a las nuevas reglas antisísmicas.
La
finalidad de la ingeniería sísmica es realizar infraestructuras que
resistan al terremoto, que sean economicas, y que nunca se derrumben.
Con
la nueva estrategia se construyen edificios con una estructura aislada
por las vibraciones del suelo gracias a aparados llamados aisladores
sísmicos. Los aisladores puedon pertenecer a diferentes calidades:
- aisladores hechos por un material sintético llamado “elastómero” (semejante al caucho): se disfruta su propiedad elástica para apagar la sacudida;
- aisladores metálicos hechos por acero o teflón puestos sobre superficies llanas o esféricas: permiten un desplazamento del edificio durante el sísma;
Un
terremoto de grado 7, en el Apenino meridional causaría desde 5.000
hasta 11.000 muertos; si pasara en Japón, sólo 50. De la misma manera un
sísma de grado 7,5 en Calabria quedaría desde 15.000 hasta 32.000
muertos, mientras que si golpeara Tokyo sólo 400 personas morirían.
Esto
es el resultado obtenido por un estudio conducido por Alessandro
Martelli, profesor de “Construcciones en zona sísmica” en la Universidad
de Ferrara, director de la sección “Prevención riesgos naturales” y
Presiente de la Asociación Nacionál de Ingeniería Sísmica. “Un terremoto
como aquel de l'Aquila no sería publicado por los periódicos en Japón.
De otro lado la aplicación de la ley que impone pautas antisísmicas en
las nuevas infraestructuras se retrasa continuamente”.
Rui
Pinho, profesor de Mecánica de las Estructuras en la Universidad de
Pavia y responsable del sector de riesgo sísmico en el European Centre
for training and research in eartquake engineering, dice: “No existe
algún terremoto que pueda derrumbar un edificio construido con todos los
dispositivos antisísmicos: lo atestiguan California y Japón, donde han
pasado fuertes terremotes con daños exiguos”.
En
Italia hay una lista de los edificios más o menos resistentes a los
terremotes, pero es poseida por la Protección Civil que la clasifica
como “dato sensible” y por lo tanto no la da al público. “Difonder esta
lista podría causar pánico inmotivado entre la población ”,
explica Pinho. Pascal Peduzzi, consejero científico de la agencia
ginebrina “International Strategy for Disaster Reduction” de la ONU,
afirma que “Construir un edificio y ahorrar el 3% o 5% porque no se quiere
respectar las reglas de securidad es una acción criminal”. Según Pinho
“Italia tiene una normativa y un nivel de investigación científica a la
vanguardia en el mundo: su punto débil es la aplicación de las leyes”.