domingo, 23 de marzo de 2014

La gran belleza

La grande bellezza”, película italiana de Paolo Sorrentino y ganadora de un Premio Óscar, sigue fomentando muchas (y muy diferentes) opiniones entre los usuarios de la red. Abundan las recensiones: profesionales como de aficionados, positivas como negativas, y la confusión del debate entre las dos opiniones es tan fuerte que a duras penas se comprende si la película es realmente buena o mala. ¡Qué lío!

En los periódicos se revela indecisión: L’Unità e Il Giornale endiosan al director y su trabajo; en las páginas de “Il Fatto Quotidiano” Marco Travaglio mata y derrumba; Scilian Gastaldi y L’Espresso parece que se queden a medio camino.

Seguimos por blogs y plataformas independientes: BlastingNews propone una descripción de la obra, subrayando la atmósfera poética y poniendo de manifiesto las sensaciones del espectador; pasamos por Intravino, que de otro lado se concentra en el lado “alcohólico” de la visión; llegamos a Gli Spietati y Linkiesta, donde la película se ve sometida a un análisis crítico y destructivo que hace añicos a Paolo Sorrentino. También en los comentarios a los artículos se combate valiosamente para amparar o tumbar esta obra, que sigue dividiendo a los italianos.

Por otro lado, los extranjeros parecen bastante convencidos.
En el frente americano e inglés, Rotten Tomatoes otorga un 91% a la película (y un 79% de la audiencia la aprecia); Metacritic se lanza en un buen 7,8/10; All Movie sentencia 4,5 estrellas (y los usuarios 4) sobre 5. Siguen The Guardian (5 estrellas) y The Economist. En tierra española El País, Sensacine y varios blogs como Zona Negativa, Hello Friki, Ciudadano Noodles, La Butaca Azul derrochan de 4 a 5 estrellas de agradecimiento.

¿Los italianos nos hemos acostrumbrado a criticar todo sin lógica? ¿Ya no somos capaces de reconocer talentos nacionales? ¿Sobrestimamos un trabajo de poca importancia, gritando al milagro artístico? ¿Los extranjeros no tienen bastante conocimiento de la realidad italiana y sobrestiman la película?
¡Qué dilema!

Hay tantas claves de lectura que la película se presta a la misma variedad de interpretaciones: por eso no estoy seguro de que el trabajo de Paolo Sorrentino se pueda juzgar fácilmente, ni tampoco ser analizado en línea general. Yo lo vi tres veces, y cada vez tuve un resultado diferente.

Primera vez: me impresionaron las músicas sacras y la mayoría de las fotografías, pero no comprendí al 100% la trama, que me pareció vacía, sin crecimiento y profundización psicológica de los personajes. Me faltaba algo... tenía que verlo otra vez. 4/10

Segunda vez: logré comprender un poco más a los personajes y sus interacciones con el mundo que les rodea, apreciando algunos detalles de los que no me había dado cuenta. Además, empecé a contextualizar mejor la película. De todos modos, a pesar de la “belleza” gráfica, la trama siguió estando vacía y sin “despegar” del todo. 6/10

Tercera vez: intenté ver esta obra desde un punto de vista que no tuviese en cuenta los detalles (si vamos a examinarlos perdemos todo el contexto que los rodea). Si tuviera que compararla con una obra de arte, elegiría La Tour Eiffel de George Seurat. Valdría el mismo concepto: si te concentras en los detalles vas a perderte la complejidad de la pintura. Entonces mi consejo es: no os quedéis en una escena, no intentéis analizar algo tan subjetivo como la belleza.

Citando a Oscar Zeni, “Intentad apreciarlo como una copa de vino preciado sin daros cuenta del etiquetado y sin ser distraidos por los bla bla bla: os aseguro que lograréis agradables sorpresas”.



La grande bellezza

La grande bellezza”, pellicola italiana di paolo Sorrentino, vincitrice di un Premio Oscar, continua a scatenare tante opinioni diverse tra gli utenti del web. Piovono le recensioni: professionali contro amatoriali, positive contro negative, e il fracasso del dibattito tra i due punti di vista è così assordante che a malapena si capisce se il film sia davvero buono o no. Che disastro!
I giornali rivelano indecisione: L’Unità e Il Giornale incensano il regista e il suo lavoro; nelle pagine del “Il Fatto Quotidiano” Marco Travaglio demolisce e uccide; Scilian Gastaldi y L’Espresso sembrano fermarsi a metà strada.

Continuiamo sui blog e sulle piattaforme indipendenti: BlastingNews propone una descrizione evidenziando l’atmosfera poetica e soffermandosi sulle sensazioni dello spettatore; andiamo su Intravino, che invece si concentra sul lato “alcoolico” della visione; giungiamo a Gli Spietati e Linkiesta, dove il film subisce un’analisi critica e distruttiva che fa a pezzi Paolo Sorrentino. Anche nei commenti degli articoli si combatte coraggiosamente per proteggere o sotterrare quest’opera, che continua a dividere gli italiani.

D’altro canto, gli stranieri sembrano abbastanza decisi.
Sui fronti americano e inglese, Rotten Tomatoes concede al film un 91% (e un 79% dell’audience lo ha apprezzato); Metacritic si lancia in un promettente 7,8/10; All Movie decreta 4,5 stelle (e gli utenti 4) su 5. Seguono The Guardian (5 stelle) e The Economist. In terra iberica El País, Sensacine e vari blog come Zona Negativa, Hello Friki, Ciudadano Noodles, La Butaca Azul piangono da 4 a 5 stelle di gradimento.

Noi italiani ci siamo abituati a criticare tutto senza riflettere? Ormai non siamo capaci di riconoscere i talenti nazionali? Sopravvalutiamo un lavoraccio di poca importanza, gridando al miracolo artistico? Gli stranieri non conoscono la realtà italiana abbastanza bene, e sopravvalutano il film?
Che dilemma!

Ci sono così tante chiavi di lettura che l’opera si presta ad una varietà di interpretazioni, ugualmente varia. Per questo non sono sicuro che il lavoro di Paolo Sorrentino possa essere giudicato facilmente, né tantomeno essere analizzato in linea generale. L’ho visto tre volte, e ogni volta ho avuto un risultato diverso.

Prima: mi hanno impressionato le musiche sacre e la maggior parte delle fotografie, ma non sono riuscito a capire al 100% la trama, che mi è sembrata vuota, priva di crescita e di approfondimento psicologico dei personaggi. Mi mancava qualcosa… dovevo guardarlo di nuovo. 4/10

Seconda: sono riuscito a capire un po’ meglio i personaggi e la loro interazione col mondo circostante, apprezzando dei dettagli a cui prima non avevo badato; inoltre, ho iniziato a contestualizzare meglio il film. Comunque, nonostante la “bellezza” grafica, la trama continuava a sembrarmi vuota e irrealizzata. 6/10

Terza: ho provato a leggere quest’opera da un punto di vista che non considerasse i dettagli (se ci buttiamo ad esaminarli perdiamo tutto il contesto circostante). Se dovessi paragonarla a un’opera d’arte, opterei per La Tour Eiffel di George Seurat. Vale lo stesso concetto: se ti concentri sui dettagli perdi il complesso del quadro. Ergo, il mio consiglio è: non fermatevi su una scena, non cercate di analizzare qualcosa di incredibilmente soggettivo come la bellezza.

Citando Oscar Zeni, “Provate a gustarlo come un bicchiere di vino pregiato senza curarvi dell'etichetta e soprattutto senza farvi distrarre dai bla bla bla e vi assicuro che avrete delle piacevoli sorprese”.



martes, 11 de marzo de 2014

Anorexia y bulimia: los principales trastornos de alimentación

Quien padece de anorexia rechaza la comida, adelgazando de manera impresionante: un adulto puede llegar a pesar de 40 a 25 kg. A menudo se asocian a la anorexia períodos de bulimia, en los que la alimentación se convierte excesiva. Anorexia y bulimia no se originan por una pérdida o exceso de apetito, sino que están frecuentemente relacionadas a graves problemas psicológicos.

El rechazo de la comida
Anorexia significa “falta de apetito”, aunque en realidad el problema no tiene nada que ver con el apetito, sino a la relación con la comida. La anorexia puede ser asociada a varias enfermedades, pero la mayoría de las veces suele ser consecuencia de graves problemas psicológicos. En este caso hablamos de anorexia nerviosa. El enfermo no acepta su cuerpo, considerándose erróneamente sobrepeso. Por causa de un excesivo miedo de engordar, el anoréxico limita significativamente su alimentación, o, si está obligado a comer, se provoca el vómito cuando sea posible para liberarse de la comida ingerida. De esta manera la comida se vuelve en una obsesión real, y el anoréxico hace a menudo rituales antes de comer: por ejemplo, pesar y cortar en pequeños trozos todo lo que tiene en el plato; o hacer gimnasia de manera exagerada, aunque débil por falta de alimentos, hasta el desfallecimiento.
Una alimentación insuficiente provoca efectos negativos en todo el organismo: los trastornos más precoces son aquellos relaccionados con el funcionamiento de algunas glándulas que producen hormonas. La anorexia no es una enfermedad muy frecuente (afecta a 1 de cada 100.000 personas). Sin embargo, dado que casi siempre afecta a mujeres jóvenes, en algunos grupos de edad resulta ser mucho más difundida (1 de cada 150 mujeres entre 12 y 18 años). A veces, un carácter muy exigente y perfeccionista o algunas situaciones familiares pueden predisponer a alguien a desarrollar esa tipología de enfermedad. A menudo se asocian a la anorexia otros trastornos como depresión o ansia, o se alternan períodos de bulimia.
Las causas de la anorexia todavía no se conocen, pero es oportuno que quien padezca de esta se cure a través de medicamientos y de apoyo psicológico (por ejemplo, empezando un psicoanálisis). En concreto, se trata de una enfermedad grave que puede llevar a un peligro de muerte por las consecuencias del ayuno y por el riesgo de suicidio.

La ingestión excesiva de comida
También la bulimia (que significa literalmente “hambre de buey”) puede ser asociada a problemas psicológicos similares a aquellos de la anorexia nerviosa: en este caso se habla de bulimia nerviosa. Es decir, ingerir con cierta continuidad cantidades exageradas de comida, y después tentativas para eliminar estas cantidades y no engordar. El sujeto bulímico siente, en general por períodos breves, un impulso de comer incontrolable; después, sintiéndose obsesionado por el miedo de engordar (tanto como el anoréxico), se provoca el vómito, se somete a clisteres, toma laxantes o diuréticos, ayuna o hace actividad física exagerada. La frecuencia de los episodios de ingestión excesiva e intentos de eliminación puede ir de una vez por semana a muchas veces por día. A través de este sistema el bulímico a menudo logra no engordar. La falta de aumento de peso, y la estrategia ingestión / eliminación que ocurren en secreto, contribuyen a que la familia y los amigos no se den cuenta del problema.
Así como la anorexia no es una pérdida de apetito, la bulimia tampoco es consecuencia de una hambre exagerada, sino un intento para equilibrar depresión, estrés y falta de autoestima. Esta enfermedad empieza a menudo a lo largo de la adolescencia (generalmente un poco siguiente a la anorexia) y afecta más frecuentemente a las mujeres que a los hombres. El enfermo logra esconder su problema hasta los 30-40 años, cuando toma la decisión de hablar con un médico para obtener ayuda. En esta circumstancia es mucho más difícil alejarse de una enfermedad que puede tener consecuencias muy graves.




Anoressia e bulimia: i principali disturbi dell'alimentazione

La persona che soffre di anoressia rifiuta il cibo e quindi dimagrisce moltissimo: un adulto può arrivare a pesare dai 40 ai 25 kg. Spesso all'anoressia si associano periodi di bulimia, in cui invece l'alimentazione diventa eccessiva. Anoressia e bulimia non sono causate da una perdita o da un eccesso di appetito, ma sono spesso legate a gravi problemi psicologici.
             
Il rifiuto del cibo
Anoressia significa "mancanza di appetito" anche se, in realtà, il problema non è legato all'appetito, ma al rapporto col cibo. L'anoressia può essere associata a diverse malattie, ma per lo più è la conseguenza di problemi psicologici. In questo caso si parla di anoressia nervosa. La persona malata non accetta il proprio corpo e si considera sovrappeso, anche se non lo è. Per un'esagerata paura di ingrassare, l'anoressico limita al massimo la sua alimentazione oppure, se è costretto in qualche modo a mangiare, appena può si provoca il vomito per liberarsi del cibo ingerito. Il cibo diventa quindi una vera e propria ossessione e la persona anoressica a volte compie veri e propri rituali prima di mangiare: per esempio, pesa e taglia a pezzetti tutto quello che ha nel piatto. Oppure, anche se indebolita per la mancanza di alimenti, fa ginnastica in modo esagerato, fino a svenire.
Un'alimentazione insufficiente provoca effetti negativi su tutto l'organismo: i disturbi più precoci sono quelli legati al funzionamento di alcune ghiandole che producono ormoni. L'anoressia non è una malattia particolarmente frequente (si verifica un caso ogni 100.000 individui). Tuttavia, poiché colpisce quasi sempre donne giovani, in certe fasce d'età è tutt'altro che rara (un caso ogni 250 donne fra i 12 e i 18 anni). A volte un carattere particolarmente esigente e perfezionista o determinate situazioni familiari possono predisporre una persona a sviluppare questo tipo di malattia. Spesso all'anoressia si associano altri problemi, come depressione o ansia, o si alternano periodi di bulimia.
Le cause di questa malattia sono ancora sconosciute. È opportuno tuttavia che chi ne soffre venga curato sia con farmaci sia con un appoggio psicologico (per esempio, iniziando una psicoanalisi). Si tratta infatti di una malattia seria, che può portare a un pericolo di vita per le conseguenze del digiuno e per il rischio di suicidio.
                  
L'assunzione esagerata di cibo
Anche la bulimia (che letteralmente significa "fame da bue") può essere associata a problemi psicologici simili a quelli dell'anoressia nervosa: in tal caso si parla di bulimia nervosa. Essa consiste nel ripetersi di episodi di assunzione esagerata di cibo, seguiti da tentativi di eliminarlo per non ingrassare. La persona bulimica prova, generalmente per periodi limitati di tempo, un incontrollabile bisogno di mangiare; successivamente, ossessionata (come la persona anoressica) dalla paura di aumentare di peso, si provoca il vomito, oppure si sottopone a clisteri, prende lassativi o diuretici, digiuna o si sottopone a un'attività fisica esagerata. La frequenza degli episodi di assunzione eccessiva di cibo, con conseguenti tentativi di eliminarlo, va da una volta a settimana a più volte al giorno. Con questo sistema il bulimico spesso riesce a non ingrassare. Il mancato aumento di peso, unito al fatto che le assunzioni di cibo e i tentativi di eliminazione delle calorie avvengono in segreto, fa sì che la famiglia e gli amici spesso non si accorgano del problema.                  
Come l'anoressia non è una perdita di appetito, così la bulimia non è la conseguenza di una fame esagerata, ma un tentativo di compensare depressione, stress e mancanza di autostima. Anche la bulimia inizia spesso durante l'adolescenza (in media leggermente dopo rispetto all'anoressia) e colpisce più frequentemente le donne degli uomini. Il malato riesce a nascondere il problema fino a un'età compresa fra i 30 e i 40 anni, quando si decide a rivolgersi a un medico per farsi aiutare. A quel punto però diventa molto più difficile uscire da una malattia che può avere conseguenze assai gravi.